Tenemos cicatrices en los lugares más insospechados como si fueran mapas secretos de nuestra historia personal, vestigios de viejas heridas. Algunas heridas se cierran dejándonos sólo una cicatriz pero otras no. Algunas cicatrices las llevamos a todas partes y aunque la herida cierre el dolor persiste. ¿Cuales son peores las nuevas heridas terriblemente dolorosas o las viejas que debieron cerrarse hace años pero no lo hicieron? Quizás las viejas heridas nos enseñan algo, nos recuerdan donde hemos estado y lo que hemos superado, nos enseñan que debemos evitar en el futuro o eso creemos aunque en realidad no es así, hay cosas que debemos aprender una y otra vez
Cuando hablamos de nombre de mujer, pocos nombres existen tan bíblicos como este que nos acompaña. María es la elegida, la amada de Dios y junto a él se siente segura algo que hace de este nombre una denominación hermosa y eterna.
María es una mujer sensible, delicada, frágil, con una bondad enorme. Esta chica lo da todo por los demás y es feliz haciendo el bien porque para María, todo es idealismo y sentimiento.
María ama, siente, admira, adora; el corazón de esta mujer no cabe en el mundo por su grandeza. Con muy buena mano para elegir a sus amigos en la amistad y la familia María tiene para todos; los protege, los cuida, los siente suyos y no deja que nadie les haga algo malo porque en ese caso será cuando únicamente esta mujer se revele contra todo pronóstico y sienta que debe pecar o faltar para proteger la imagen de su amigo.
En el amor María ama, de la misma manera que hace con la familia y con los suyos. La persona que conquiste a María tiene que ser noble y trabajador y además estar dispuesto a hacer sacrificios por las personas a las que quiere.