Es tan delgada la línea que trazamos entre el odio y el amor, que la mente no se percata...
solo actúa por instinto, solo antepone.
Pensar que mientras amamos, resaltamos todo lo bueno y hasta lo malo de una persona, no le cambiamos nada y todo lo aceptamos con sumisión.
Y cuando la historia cambia, cuando aquél amor se convierte en el trágico sentir del rencor, del odio mismo que pudre esas emociones que revoloteaban como mariposas al verle solamente,...
ese odio que carcome las entrañas de un sentimiento que pudo ser el más puro y deseable de cualquiera...Cómo se puede transcribir lo que eres para mí, si lo llevo impregnado en cada poro de mi ser...si para hablar necesito más que palabras...si para elogiarte necesito mucho más que méritos...Lo que eres para mí, eso solo yo puedo saberlo porque aunque tu seas el causante de esto que siento nunca podrás descifrar...lo que significas para mí.
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