Como toda mujer, soy pasión y soy poder; soy delicadeza y dulzura, veces rabia, veces ternura, entrego entero el corazón, sin que medie la razón; hago cosas sin que entiendan, vivo mí vida aunque no comprendan. Tengo secretos que guardar, y otras cosas por contar; me avasallan las pasiones y me invaden emociones. algunas veces soy sensible, y otras tantas insufrible; igual me embarga la felicidad, y una que otra la soledad. si, como toda mujer yo lucho por mí ser; unas veces pierdo otras gano, veces vale la pena, otras es en vano. Me caigo me levanto, veces es risa, otras es llanto; le echo ganas día con día, aunque no siempre sea alegría. Renuevo la ilusión perdida, no me doy por vencida; si, peleo más que ayer, como lo hace toda mujer...
Mujer, guerrera invencible de muchas batallas,
veces comprendida, veces ignorada, algunas veces invadida por el desaliento, pero otras muchas veces dispuesta a dar pelea y salir siempre adelante...
Cuando hablamos de nombre de mujer, pocos nombres existen tan bíblicos como este que nos acompaña. María es la elegida, la amada de Dios y junto a él se siente segura algo que hace de este nombre una denominación hermosa y eterna.
María es una mujer sensible, delicada, frágil, con una bondad enorme. Esta chica lo da todo por los demás y es feliz haciendo el bien porque para María, todo es idealismo y sentimiento.
María ama, siente, admira, adora; el corazón de esta mujer no cabe en el mundo por su grandeza. Con muy buena mano para elegir a sus amigos en la amistad y la familia María tiene para todos; los protege, los cuida, los siente suyos y no deja que nadie les haga algo malo porque en ese caso será cuando únicamente esta mujer se revele contra todo pronóstico y sienta que debe pecar o faltar para proteger la imagen de su amigo.
En el amor María ama, de la misma manera que hace con la familia y con los suyos. La persona que conquiste a María tiene que ser noble y trabajador y además estar dispuesto a hacer sacrificios por las personas a las que quiere.